jueves, 31 de diciembre de 2009

2O1O.


# Año nuevo, vida nueva. ¿Acaso vas a cambiar en algo?
# Propósitos INEXISTENTES, porque él va a acabar ganando.
# Emociones contenibles hasta cierto punto.
# Caminos sin vuelta atrás, fallos indecisos.
# Momentos olvidados, o que nos negamos a recordar,
# Otro año más de pie, y ya van unos cuantos.
# Besos, abrazos, miradas furtivas y pequeñas desesperaciónes.
# Pero todo esto ha servido para ver a los amigos verdaderos.
# Que los fallos son fallos, siempre podrémos recordarlos antes de repetirlos.
# Una despedida al 2OO9, una bienvenida al 2O1O.
# Un gracias silencioso, y un abrazo eterno.
# Mi primera sonrisa del año, gracias a vuestros sms y a vuestros recuerdos. En serio, GRACIAS.
# Perder, ganar... Qué más da... ¿Acaso vas a cambiar en algo?
*- Amigos, gracias por estar ahí un año más, soportando mis gilipoyeces en serio. No podría nombraros a todos, porque estáis TODOS incluidos. Desde aquellos con los que apenas me han soportado, hasta los que han acabado hartos de mi. GRACIAS.

Y gracias, fue tan bonito,
el darme tanto,
cuando era niño.
Y gracias, lo necesito,
lo llevo dentro,
y vive conmigo.

martes, 29 de diciembre de 2009

Dos.


Uno. Dos. Tres.
Vas a decirme que no.
Cuatro. Cinco. Seis.
Que no repites tus pasos.
Siete. Ocho. Nueve.
Que caminas hacia donde quieres.
Diez. Once. Doce.
Sin mirar por donde pisas.
Vas a decirme que no, que puedes, que confias en ti.
Vas a decirme que no repites tus pasos, que empiezas un nuevo camino a cada pisada que das.
Vas a decirme que caminas hacia donde quieres, pero, no hacia donde debes.
Vas a decirme que vas sin mirar por donde pisas, pero no por donde andas.
Vas a decirme millones de cosas, cosas que en el fondo, sabes que sólo te sirven para engañarte a ti mismo.
Vas a decirme que nunca te has sentido mal, que nunca te han dañado, que siempre has sido así, vas a decirme eso y más, cielo, eso y más.
Y me dirás que te sirve para mucho, que te sirve para demostrar que realmente puedes avanzar, y te preguntaré, ¿sólo para eso?
Entonces me darás la razón, decimos que las cosas sirven para muchas razones, pero cuando debemos darlas no... No podemos darlas, ¿verdad?
Entonces, ¿Por qué jugamos a engañarnos? Venga, dime.
¿Por qué jugamos a ser niños que no vamos a crecer?
Ah... Es verdad, porque sabemos por donde vamos, ¿no? Sí, ya...
Si eso es simple, saber por donde vas, saber donde debes pisar, pero luego, la única verdad que existe, es que no sabemos absolutamente nada de la vida, que quedan días, semanas, meses, años para que sepamos todo, e incluso, cuando fallezcamos, no lo sabremos todo de la vida.
Pero, ¿qué más da? ¿No se supone que vivimos por vivir?
Qué más da, si no sabemos hacia donde ir... Qué más da...
Pertenecemos a sitios que ni imaginamos, pensamos cosas que no son reales.
Soñamos, lloramos, reímos. ¿Verdad?
Y todo eso... ¿para qué?
Cada sueño, es una ilusión destinada a romperse.
Cada lágrima, es una importancia que no merece.
Cada risa, es una alegría que acaba en tristeza.
¿Sabes? Si encerrasemos cada sueño, cada lágrima, cada risa en una caja diferente, tendríamos en nuestras manos millones de ilusiones, millones de tristezas, millones de alegría, que se transformarían... Es como un círculo, reímos por una ilusión, que se rompe y pasa a ser una lágrima, y esa lágrima podrá ser de alegría, quizá... Algún día.

Abrí los ojos para ver,
si aun estabas.
Pero ya era tarde,
sólo queda una pared
y algunos siglos para despertarme.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Cierra los ojos, dime qué ves.


Cuando a veces pretendes hacer todo bien. Sí, ya sabes.
Crees poder hacerlo, crees poder demostrarle al mundo lo que vales, demostrar que realmente puedes hacerlo todo bien, sin equivocarte.
¿Cómo explicar una mentira?
Bien, eso lo define todo, porque pensar que todo puede salir bien, que podemos... Que podemos hacerlo todo bien, sin un mínimo fallo, que podríamos ser los mejores en todo y en cada trabajo que nos proponemos, es una mentira.
Porque nunca, por más que quieras, por más que necesites demostrarlo, nunca saldrá perfecto, porque ser perfecto es algo impensable. Dime, ¿qué ganarías siendo perfecto?
Date cuenta, el amor significa destrucción, ser amado, es ser destruido. Muchas veces buscamos excusas pobres, pero excusas que nos ayuden a librarnos de todo lo que nos asusta, de todo lo que, realmente, nos da miedo. De todo a lo que no somos capaces de enfrentarnos, y todas aquellas cosas que nos hacen sentir insignificantes.
Los sueños, son una debilidad que el ser humano tiene la desgracia de poseer, porque, ¿qué ganas soñando? Miedos, inseguridades, ilusiones, dolor.
Crearnos ilusiones significa crearnos dolor, darle importancia a ese dolor, significa aumentarlo de forma inimaginable. ¿Por qué duele tropezar? ¿Por qué duele ver tus sueños echos anicos? Si total, sólo es eso, un tropiezo, un sueño roto... Quedan otros miles. Nos centramos en quejarnos, en llorar por algo que pasa en un mismo instante, ¿por qué? ¿Por qué cuando lleguen los otros, estaremos seguros? Mentimos, una, otra, otra vez. ¿Por qué? Porque nos aferramos a la esperanza de que alguna de esas mentiras sean verdad, de que realmente sintamos eso.
De que no duele, de que no fue culpa nuestra, de que simplemente, fue culpa de alguien que no somos nosotros.
Porque somos valientes, somos fuertes, somos realistas, pero lo somos sólo para lo que queremos, porque nunca afrentamos el sufrimiento de frente, nos damos la vuelta y empezamos a lamentarnos, cómo si así se fuese el dolor, cómo si así, solucionasemos algo. Porque el ser humano es débil, es frágil, piensa, sí, pero es frágil. ¿De qué nos sirve poder pensar, comunicarnos, expresar lo que sentimos, si realmente, somos débiles?
Nos empeñamos en que realmente, podemos con todo. "No importa, yo puedo".
Nos forzamos, nos esforzamos, pero sobretodo, esperamos más de lo que nosotros mismos podemos dar en un momento determinado. Porque realmente, pensamos ser fuertes.
Aconsejamos a los demas, pensando que ellos piensan como nosotros. Damos motivos que nosotros creemos válidos, pero ellos no.
Nos intentamos poner en su piel, sin conseguirlo. Porque nunca sientes su dolor en tu propia piel.
¿Cómo saber cuánto duele? ¿Cómo saber cuántas lágrimas podrías derramar si estuvieses en su lugar? Es que simplemente, no lo sabes.
Te lo imaginas, es cierto, te imaginas como te sentirias, que pasaría, te imaginas todo y más, pero nunca llegas a comprenderlo. ¿Y qué es lo máximo que puedes hacer?
Estar ahí, apoyando.
La vida nunca ha sido fácil, nunca va a ser fácil.
Recorremos un trayecto desde que nacemos, buscando quién realmente somos, hasta que morimos. Se supone que en ese trayecto, debemos conseguir nuestras metas, debemos saber quién somos, qué queremos, de dónde venimos y hacia dónde vamos, con una sóla condición, caer.
Porque vas a caer, y te levantarás, porque siempre te levantas, porque, claro, ¿para qué te vas a quedar parado? ¿Para seguir lamentándote? ¿Para enseñarles a los demás que eres débil?
Claro que levantas, te levantas para demostrarte más a ti, que a ellos, que realmente puedes continuar. Y de nuevo, te engañas.
Porque, vamos, dime, ¿de qué sirve levantarte, si a los diez minutos acabas en el suelo? ¿Verdad que pensamos eso?
Sirve para darnos cuenta de que podemos seguir, ¿sabes? Podemos caer, tropezar, y levantarnos, como todo el mundo, porque tenemos derecho a fallar ¿o no?
Decimos que "Sabemos todo y más", aunque sea una mentira, porque claro, podemos vivir de mentiras...

Y suena bien,
parece que nos hemos convencido...

Tres.

Hay ocasiones en la que preferirías seguir siendo un enano, ¿me entiendes? No crecer, ser como Peter Pan, está claro, incluso, desearías ser un niño pérdido, vivir como ellos, entre combates, y bromas.
Pero la vida no es como quisimos, ¿verdad? Crecemos, aprendemos, y sobretodo caemos. Ya sabes, las épocas navideñas, siempre te enseñan más que las otras, pero, al fin y al cabo, siempre te acaba enseñando algo.
He aprendido que, preocuparse por algo es darle demasiada importancia, porque en esta vida, hay millones de cosas en las que pensar, pero ninguna de la que preocuparse.
Venga, me dirás que siempre es muy fácil decirlo, pero es que es fácil, lo que no es fácil es pensar asi. Lo entiendo, pero de todos modos, ¿qué perdemos por intentarlo?.

Entras en la habitación,
por qué me has echo venir,
siempre terminas sacando,
lo malo de mi.

domingo, 27 de diciembre de 2009

A cuatro pasos.


¿Sabes cuando te dicen que debes aprender por tu propio bien? ¿Por qué creen que aprendemos, si no?
Solemos decir que el tiempo está ahí, a la vuelta de la esquina, y que va a seguir ahí cuando a nosotros nos de la real gana de empezar a trabajar.
Verás, es igual que un juego, ¿ves? Ahora me entiendes, amor, miedo, trabajo, amistad... Todo es parte de un simple juego, un juego que dirige e inventó nuestro querido amigo el destino.
No sabemos las reglas, no jugamos con ventaja, nos dan una baraja a cada uno, cuarenta cartas, y un millón de posibles jugadas. ¿Cómo lo hacemos?
Al azar, cómo hacemos todo, al azar.
Tira, venga, no esperes, tira, si sale mal, bueno, mala suerte, tú no sabías como debías hacerlo, ¿verdad? Claro, que muchas veces, nos plantamos en mitad de la jugada y dejamos que otros tomen nuestras cartas y nos guíen como si fuesemos marionetas. ¿Verdad, titiriteros?
Que no todo está perdido, que vale, que todo es una partida de cartas, pero... ¿Acaso no sabes sumar, acaso no sabes lo que es mejor para ti? Entonces, todavía podemos ganar, ganar algo que nos ayude...
Este año se acaba, quizá hasta nos renueven las barajas, ¿Por qué no empezar jugando fuerte? Quizá al final todo sea mucho más fácil.

Dirán, diré, dirás que no
y suerte...

viernes, 25 de diciembre de 2009

Maybe...

¿Sabes? Hoy me he dado cuenta, de que la gente modifica las palabras según mejor les convenga.
Quizá así piensen que pueden mantener las amistades, mantener su aspecto de buenas personas y de no haber roto en la vida un sólo plato.
A veces lo que queremos no sale bien, siempre hay una personita que empieza a hundirnos lentamente, y que, cuando le preguntas, va a negarlo.
Lo más jodido, es que siempre es alguien muy cercano a ti, por celos, por ganas de fastidiar, ¿qué más da? Si total, casi siempre se va a salir con la suya, porque cada vez que alguien habla mal de otra persona, el rumor corre como la pólvora, y naturalmente, es más fácil creer lo malo que lo bueno de una persona.
A veces no nos damos cuenta, de que realmente, las personas pueden ser buenas, porque siempre vemos lo malo cuando las empiezan a criticar, ¿pero y si no lo hiciesen? Es decir, cuando tú conoces a alguien, principalmente, conocerla es un buen paso, a veces te das cuenta de que es buena persona y otras veces de que es mala.
Pero, las buenas personas, ¿qué pasa cuando las critican? Que siempre acabamos pensando, ¿sería capaz esa persona de hacer algo así? Y cuanto más negamos, más fuerte se hacen esos rumores, y quizá, finalmente, acabamos aceptando que sí, que sí pudo haberlo echo.
Y es que las personas son como son, somos nosotros los que no las vemos así...

Probablemente te cansaras de preguntar
porque no hay nadie que te quiera escuchar.
En todo caso me parece que está demás

no decir nada cuando quieres gritar...