lunes, 30 de diciembre de 2013

2014.

No puedo creerme que ya, por fin, estemos en 31 de diciembre. ¡Ya ha pasado un maldito año! Se supone que debería estar contenta y bueno, en cierto modo lo estoy. Quiero dejar atrás el 2013 pero quiero quedarme con las cosas positivas que este año me ha dado. Y también con lo malo. ¿Por qué no iba a quedarme con lo malo? He aprendido de ello. He aprendido de las pérdidas y de los errores. He aprendido de las lágrimas y de las sonrisas, incluso de las sonrisas más falsas que he dibujado en mi rostro a  lo largo de mis días.
He aprendido de todo. Y soy consciente de que no soy aquella niña asustada que comenzaba un año atemorizada por el qué iba a suceder, por si acabaría aprobando todas las asignaturas de ese segundo de bachillerato tan fatídico que tantos ataques de ansiedad y nervios le provocó. No soy la niña que pensaba en la selectividad, en qué pasaría si no la aprobaba, en cuántas personas decepcionaría y lo muy inútil que se sentiría ella misma si no conseguía pasar y entrar en la carrera que quería.
No soy esa niña que cumplía dieciocho años y se preguntaba qué sería de su vida el día de mañana. Bueno, quizá sí sigo preguntándome qué será de mí el día de mañana, pero supongo que ya tengo más o menos una idea de lo que realmente quiero hacer con mi vida ahora que estoy en la carrera que me gusta.

Siempre he sido de esas personas que veía el vaso medio vacío. ¿Qué esperabais? La positividad no era una buena amiga mía y, bueno, sinceramente, tampoco creo que sea una buena amiga hoy en día. Pero me estoy haciendo con ella, estrechando lazos, echándome unas risas... Incluso puede que la invite a tomar chupitos algún día de estos, ¡quién sabe!
¿Y el porqué de este repentino cambio? Bueno pues, me he dado cuenta de que la vida es bonita. Es increíble. ¿Qué ocurre? Los seres humanos estamos tan "diseñados" a recibir palos en esta vida, que cuando hemos recibido demasiados, miramos la vida como si fuera en blanco y negro. Lo blanco sería lo bueno. Lo negro sería lo malo, aunque creo que entendéis esa referencia, ¿no? Como sea. Nuestro problema es que estamos muy enfocados en lo negro porque resulta lo más "cómodo" para nuestra vista. ¿Qué quiero decir con ésto? La oscuridad siempre es más fácil de observar que la luz. La luz brilla, te ciega, tenemos que entrecerrar nuestros ojos porque no estamos acostumbrados a ella cuando salimos de un lugar oscuro. Y nosotros siempre salimos de lugar oscuros y nos cuesta hacernos a esa bola brillante de luz. Y como nos cuesta hacernos, lo dejamos por imposible y volvemos a nuestro rincón oscuro.
Pero yo ya no quiero estar en ningún rincón oscuro. Quiero salir. Quiero abrazar la luz y decir "es mía", quiero disfrutar. Sonreír de verdad, sintiéndolo. No quiero seguir enfocada en las cosas negativas porque me he dado cuenta de que, muchas veces, lo negativo lo único que consigue, es impedir que veamos las cosas buenas que tiene esta vida.

Estamos demasiado pendientes de lo malo para realmente apreciar lo bueno. Disfrutemos de lo que tenemos ahora. A saber qué tendremos dentro de unos días. Aferrate a algo. A ti mismo, pero hazlo con fuerza. La vida nos va a tratar con delicadeza. Lo hemos visto, lo hemos vivido. ¿Entonces? Entonces ponte el cinturón, pisa el acelerador, disfruta del camino y quédate con lo bueno. Después de todo, es lo único que realmente nos hace feliz en esta vida, ¿no? 

Empieza un nuevo año y yo quiero mantenerme con el chip cambiado. Creo que puedo hacerlo.




No hay comentarios: