
Dicen que jugar es cosa del azar. Que afortunado en el juego, desafortunado en amores, y viceversa.
Podemos pensar que jugar es arriesgar, perder, ganar, participar. Pero siempre acabamos siendo peones de algo o de alguien.
Si tiras un dado, tienes una posibilidad de seis de sacar el número que necesitas, si tiras dos dados, las posibilidades de sacar la combinación necesaria para ganar son de dos de doce, pero de todos modos, aunque te empeñes, estás en manos de un destino difuso.
Digamos que en el amor es igual. Alguien tira los dados, y según el número, te enamoras de este o de otro, pero quizá acabes siendo un estúpido peón.
El amor también es un juego de azar. No arrieges sin saber si puedes salir ganando, porque si sales perdiendo en ese juego, te hace daño, mucho daño.
Will you care.
When I'm gone.
And it's time.
And I've really had enough.
No hay comentarios:
Publicar un comentario