
Lo intentas.
Lo vuelves a intentar.
Fallas.
Vuelves a fallar.
¿Qué aprendemos de ello?
¿Qué intentarlo solo nos lleva a volver a fallar?
¿Qué hacemos entonces?
¿Fallar hasta desgastarnos?
¿Suicidarnos poco a poco por culpa de nuestros fallos?
¿Qué hacemos? ¿Qué buscamos? ¿A dónde queremos ir?
Intentamos, fallamos, volvemos a intentarlo y volvemos a fallar. Buscamos acertar de lleno, buscamos hacer las cosas por el método fácil, que finalmente, acaba siendo el método más complicado que puedas haber visto nunca.
¿Realmente ha merecido la pena gastar nuestro tiempo en tonterías que ahora, no tienen valor?
¿Realmente, era importante eso para dejar de lado a todos?
Porque nuestro carácter toma el control, si estámos enfadados, lo pagamos con todos, siendo unos bordes increíbles. Y sí estamos alegres, regalamos sonrisas y despilfarramos cariño que nunca acaba siendo devuelto.
Porque ser bueno en el mundo, apesar de la inmensa alegría que te da, nunca acaba sirviendo para nada. Sólo aquellos que han sido malos, personas malas, y que han jugado con las vidas de quienes les rodean, acaban siendo realmente, los triunfadores en una historia que hasta el día de sus muertes, no acabará.
Porque el liderazgo está protagonizado por la palabra, si tienes un increíble don para hablar, podrás controlar a quién quieras, por qué... ¿Quién no iba a fiarse de alguien que asegura decir algo que es cierto?
¿Por qué no nos paramos a pensar si eso es realmente verdad? Porque tiene un don. Un don increíble en el manejo del léxico, de como decirlo, del tono de voz que tiene que emplear para convencernos. Y una vez no ha convencido, todo es mucho más fácil...
Anticipation has
the habit to set you up
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