lunes, 15 de febrero de 2010

The show must go on.

¿ Sabéis esos días en los que no tenéis ganas de hacer absolutamente nada? Sí, esos días en los que preferís meteros en la cama, taparos hasta la cabeza y dormir durante años. Quizá no nos damos cuenta, pero esos son los días en los que el mundo sigue girando y nosotros nos dedicamos a perder el tiempo de la manera más tonta posible.
O por ejemplo, cuando decimos que no hay prisa, que sea lo que sea, podemos hacerlo cualquier otro día, porque realmente, no nos interesa hacerlo en ese momento. ¿Y sabéis por qué? Porque el ser humano tiene un punto de perezosidad que a veces sale a la luz, quizá no en el mejor momento.
También nos empeñamos en que podemos hacer todo, absolutamente todo en un abrir y cerrar de ojos, porque, para nosotros el ser humano, es un ser increíble, completo, sin ningún fallo...
Sí, quizá ese sea nuestro principal fallo, que nos sobrestimamos mucho y casi nunca podemos confiar en lo que nosotros decimos.
Pero a pesar de todo lo que opinemos, de todo lo que queramos, de todas nuestras creencias, de todo lo que solemos hacer a menudo, a pesar de todo eso que nos resulta complicado, estúpido e innecesario, a pesar de todo eso, debemos continuar, porque quedarnos parados nunca soluciona nada.

'Cause here we go,
go, go, go again.

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