Reconozco que hay días en los que me siento totalmente perdida y siento que nada, absolutamente nada sale bien. Esos son los días en los que de verdad desearía desaparecer del mundo, o al menos, encontrar un modo de hacer las cosas correctamente y no cometer fallos cada dos por tres. Esos son los días en los que me siento totalmente impotente y necesito a alguien que me asegure que todo va a estar bien. Lo peor de todo, es que sé, que no me sirve cualquier persona.
Me encantaría recibir una llamada que me dijese: “Pequeña, todo saldrá bien”. De verdad, me encantaría tener una llamada así, a todas horas, recordándome que está conmigo. Y lo cierto es que no lo está, y que yo no tengo esas llamadas. ¿Y qué le vamos a hacer? No podemos controlar que ocurre, no podemos hacer que todo sea como a nosotros nos dé la real gana, pero sí que podemos intentar que todo esté bien, con nuestras acciones, podemos cambiar algo. Y es que si tú no lo haces, ¿quién demonios va a hacerlo por ti?
Lo he estado pensando mucho, de verdad que sí, y siempre acabo llegando a la misma conclusión. No soy fuerte, no voy a serlo nunca, y lamentablemente ¿cómo diablos puedo llegar a cambiar eso? ¿Acaso hay una poción mágica que me convierta en alguien invulnerable ante el resto del mundo? ¿Acaso puedo controlar mis propios sentimientos? ¿Hay algún botón que me permita desconectar mis emociones? Pero la única verdad aquí, es que no lo hay.
Es cierto que he pasado por muchas cosas, cosas que quizá nunca te imaginarías, y he perdido todo lo que me enseñaron. He dejado de confiar en la gente, he dejado de confiar en todo el mundo, y sólo confío en gente que me demuestra que estará ahí siempre, y que a pesar de mis errores, podré contar con ellos y sabrán perdonarme. También, a través de todos los baches con los que he tropezado, todas las piedras, las paredes, todos los fallos cometidos, he aprendido que al final, todos, absolutamente todos, acabamos solos.
Muchas veces, acabo sintiéndome perdida, como si realmente no tuviese un lugar. Perdida, entre un montón de gente pero aún así, sintiéndome completamente sola, y no puedo evitar pensar que lamentablemente, al final, estaré completamente sola.No todo va a estar bien, lo sé. Nunca va a estar todo bien, porque el mundo no está hecho para eso, el ser humano no está hecho para convivir en paz consigo mismo.
¿Qué cómo lo sé? Es muy simple. El ser humano es la especie aniquiladora, la especie más asesina, la más violenta. El ser humano es la especie más peligrosa que hemos conocido hasta ahora. Somos vengativos, violentos, rencorosos, escépticos, y desconfiados por naturaleza. Y lo más básico de todo, necesitamos amor.
¿Qué demonios es el amor? ¿Tan fuerte es? Es una moneda. El amor es una moneda porque definitivamente, tiene dos caras. Puede ser bueno, porque quizá es mutuo, o, puede ser malo porque no eres correspondido. Según la RAE, el amor es un sentimiento intenso del ser humano, que partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y la unión con otro ser.
Quizá leído no os parezca tan importante, y debo deciros que me encantaría explicaros qué demonios es el amor. Pero no puedo. No puedo hacerlo porque no sé qué es el amor, no sé qué se siente al estar enamorada. Y he visto a gente sufrir, he visto a mucha más gente sufrir por culpa del amor que ser felices por ese sentimiento.
Quizá viniendo de una cría como yo, no tenga mucho sentido que os diga que para mí, el amor no significaría encontrar a la persona con la que puedes pasar el resto de tu vida. Para mí, el amor significaría encontrar a la persona sin la que no podrías vivir. Si encontráis a esa persona, mantenedla cerca si es correspondido. Si no lo es, alejaos antes de que sea demasiado tarde.
Why you have to wait? Where were you? Where were you? Just a little late, you found me.
No hay comentarios:
Publicar un comentario