
Cuando cierras tus ojos para dormir, muchas veces acabas creándote una historia, algo que adorarías que ocurriese, pero que en el fondo, sabes que es imposible. He aprendido que no hay cosas imposibles, sólo improbables. Era muy improbable que yo conociese a Vicky Jones, y lo hice. Era muy improbable tener una foto con Jack Barakat, y la tengo. Era muy improbable ver a My Chemical Romance en concierto, ¡y les vi y fue el mejor día de mis dieciséis años! ¿Veis a lo que me refiero?
El ser humano es un ser soñador por naturaleza, sueñas tus metas, sueñas todo lo que quieres conseguir alguna vez en tu vida. Pero, ¿por qué sólo ibas a soñarlo? Si quieres, si te esfuerzas, lo acabas consiguiendo. Los sueños existen por una razón, para ser cumplidos. Y nunca, nunca van a cumplirse por si solos, tienes que moverte, tienes que luchar.
Los sueños son como un partido de fútbol, por ejemplo.
Es decir, el balón son todos tus sueños, acumulados, todo lo que quieres de verdad, todo lo que consigue que te levantes cada mañana y sigas día tras día. El equipo contrario, el que juega contra ti, son todos los obstáculos que vas a tener que superar antes de marcar el gol, antes de conseguir que tu sueño se haga realidad. Y caerás, ya lo verás, caerás y te llenarás de barro, te harás heridas, llorará, dolerá y te convencerás de que eso nunca va a ser verdad, ¿pero sabes qué? Se hará realidad si sigues luchando. Levántate, enfréntate a cada uno de esos obstáculos, a cada uno de esos jugadores del equipo contrario que van a intentar derribarte, esos con los que no crees poder. Y en realidad, sólo tienes que regatearles, agarrar tu balón, tus sueños, como si la vida te fuese en ello.
Entonces, llegará un momento en el que estés en el área enemiga, en frente de una gran portería, una inmensa portería que a tu parecer, será pequeña, muy pequeña, y las oportunidades de que el balón golpee la red, te parecerán imposibles, inexistentes, pero nunca es así. No hay nada imposible. Cuando pasas la palabra “imposible” a ingles, la propia palabra dice que es posible “i’m posibble”. ¿Veis a lo que me refiero?
Mucha gente, a lo largo de tu vida, va a decirte que no puedes hacerlo, que no vas a conseguirlo, que es una pérdida de tiempo. Me encantaría que mirases a esa persona a los ojos y cuando te diga que no podrás hacerlo, respóndele: “Mírame”, y lánzate a por ello sólo si consideras que merece la pena hacerlo, si consideras que eso va a hacerte feliz, porque eso es en lo que consisten los sueños. En hacernos felices y en recordarnos que no todo es tan negro como la gente suele pintarlo.
Y sí, es ridículo que yo os diga esto, ¿pero qué esperabais? Siempre he sido realista, quizá más negativa que positiva, pero siempre he visto las cosas como son. También es cierto que los negativos tienen mucho mejor todo. Es decir, si te haces a la idea de que todo saldrá mal, si sale mal, no te dolerá, y si sale bien, una sorpresa que te llevas. ¿No? Siempre dicen que ser negativo es malo, yo me planteo que quizá no lo sea tanto.
Como decía antes, caerás, tropezarás y te llenarás de barro. Llorarás, escondido en cualquier rincón, abrazándote las rodillas, bajo las sábanas de tu cama. Llorarás porque sientes que te has fallado a ti mismo, y si no lo sientes ahora, lo sentirás cuando veas tus sueños romperse lentamente delante de ti, porque lamentablemente, has caído. Pero eso no significa el fin, ¡claro que no! ¡Oh Merlín! ¿Por qué ibas a quedarte tirado en el barro como si tu vida ya no tuviese significado? ¡Levántate y sigue! El camino está lleno de baches, piedras, y vas a caer, una vez tras otra, tendrás que escalar muros, tendrás que permanecer en el suelo, intentando recuperar el aliento. Pero, NUNCA, NUNCA te rindas. Porque ese es el paso definitivo para que tus sueños acaben desapareciendo en la oscuridad.
Simplemente confía en ti, agarra tu balón, a todos esos sueños que tanto significan para ti, y sigue luchando, golpea, araña, muerde, pero nunca, nunca dejes que nada ni nadie te acabe tirando al suelo. No les dejes alcanzarte, sigues teniéndote a ti, nunca vas a fallarte a ti mismo si confías en ti.
Si eres sincero contigo mismo, nunca podrás estar equivocado.
Y si necesitas que alguien crea en ti, para que tú empieces a creer en ti mismo…
Yo voy a creer en ti.
Sometimes,
the hardest thing and the right thing
are the same.